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miércoles, 30 de agosto de 2017

DE LA PREHISTORIA A LA MODERNIDAD DE LA EDUCACIÓN

Por: Florentino Arpa Calachua

Introducción
Una serie de comentarios se han expresado sobre el tema educativo en los últimos años. Para algunos, las reformas aplicadas en los últimos veinte años, hasta la actualidad, no han generado cambios profundos en la educación peruana, para otros, nos encontramos en un proceso de cambio que ha permitido la mejora de la educación. ¿Cuánto hemos logrado avanzar en la educación peruana hasta el momento actual? Como partícipes de este proceso, no podemos dejar de realizar un análisis que señale los logros obtenidos y los problemas que aún nos quedan por mejorar.
Las teorías del desarrollo han planteado que la educación es uno de los pilares fundamentales para el crecimiento y desarrollo, países europeos como Finlandia, Noruega, Alemania son una muestra de ello. A simple vista, parece que la solución a los grandes problemas nacionales, se resumen en una mejora en el campo educativo, esta es una afirmación que recorre el pensamiento de políticos y padres de familia, pero la verdad, es que no es tan simple como parece.
El sistema educativo es parte fundamental de un sistema mayor, que requiere del consenso y ayuda de los otros sistemas sociales; entonces, la mejora de nuestro país, debe obedecer a un movimiento nacional, donde se encuentren involucrados los demás sectores, que deben girar en torno a lo educativo, económico y político. Cambiar la realidad existente es un proceso, complejo y lento, muchos gobiernos tendrán que transitar para lograr este objetivo. Apostar por la educación, es un proceso de largo aliento y no se hace porque políticamente no es “rentable”. Los intentos por reformar la educación han terminado perjudicando a los actores directos: a los estudiantes y a los maestros; a los primeros porque reciben una educación deficiente y a los segundos porque terminan cansados de propuestas sin un norte claro.

El tradicionalismo en la educación peruana
La educación peruana es continuadora de la vieja escuela medieval y la moderna escuela bancaria; memorística, repetitiva y sancionadora. Viejos modelos y esquemas quedan en el ideario de maestros y padres de familia, que se resisten a cambiar y aceptar la modernidad en educación.
Una de las prácticas educativas generalizadas es la transmisión del conocimiento de maestros a estudiantes, como si eso fuera posible. En los colegios peruanos, continua la educación bancaria de transferencia del conocimiento. Paulo Freire en la Pedagogía del Oprimido, señala que la llamada “Educación bancaria”, es el tipo de educación, donde: “el maestro es el sujeto de la educación y el educando es el receptor que recibe todos los contenidos de la sabiduría. La tarea del maestro es llenar a los educandos con los contenidos de sus conocimientos. En esta concepción bancaria de la educación, el buen educador es el que mejor vaya llenando los recipientes en los depósitos de los estudiantes. Y ser el mejor educando, el que se deje llenar dócilmente los recipientes y los aprenda con mucha memorización” (Ocampo, 2008). Para esta escuela la memorización del conocimiento resulta un principio fundamental. Llenar la memoria de los cerebros vacíos, es el mejor trabajo que el docente puede realizar.
Otra práctica educativa tradicional, tiene que ver con la forma de evaluación. Desde la década de los años 70, la tecnología educativa implementó la forma de evaluación a través de los exámenes estandarizados, que se sintetizan en la pruebas de selección múltiple, que en la actualidad son aplicados por las universidades en los procesos de admisión. Esta forma de evaluación aun es aplicada en la mayoría de las instituciones educativas, estas (las evaluaciones) son sesgadas y no permiten una verdadera evaluación a los estudiantes. Montero, señala que: “Hay quienes argumentan que los exámenes tradicionales de respuesta fija, no determinan de forma veraz lo que nuestros estudiantes están aprendiendo y cómo les podría afectar esto dentro del currículum, ya que dichas pruebas no siempre están relacionadas con los conocimientos o habilidades que sí tienen verdadera relevancia en el mundo real, solamente nos permiten demostrar o traer a la memoria la comprensión o interpretación del conocimiento, pero no necesariamente esto significa que se pueda tener la habilidad de utilizar dicho conocimiento”.
La evaluación además de tener un fin punitivo y neutralizador de la creatividad de los estudiantes, no evalúa las habilidades y competencias reales de los estudiantes.
Finalmente, aun se practica el magistrocentrismo, que difícilmente se ha minimizado de la práctica docente, el maestro continúa siendo el protagonista dentro de las aulas de clase, gran parte del tiempo de la sesión, se dedica a la exposición por parte del profesor. A pesar de la existencia de una serie de materiales didácticos para que el estudiante pueda construir su conocimiento, los maestros utilizan estos recursos para monopolizar las horas de clase.

El difícil tránsito a la modernidad de la educación
Los cambios en educación, en los últimos años, han venido de la mano de la corriente cognoscitiva, los aportes de psicólogos y pedagogos han abierto un nuevo camino en el tema educativo. Hemos pasado de fundamentar nuestro trabajo de contenidos, a competencias; del cuaderno, a la laptop; del libro, a los archivos en PDF; de la pizarra, a los equipos multimedia; pero no observamos mejoras sustanciales en la educación. El problema, tal vez, no se encuentra en los diseños curriculares y los medios educativos, el problema fundamental se encuentra en el cambio de mentalidad del maestro, una mentalidad que debe entender a cabalidad la educación, sus procesos e importancia.
Asumir las competencias como propósitos educativos, es una labor que requiere deconstruir todo lo conocido como pedagogía tradicional hasta el momento. Este simple hecho, ya es un trabajo que tomará su tiempo. El nuevo enfoque de las competencias y las nuevas formas de evaluación de las mismas, implica una reformulación de los esquemas mentales vigentes en el magisterio peruano.
Resulta sencillo entender que el estudiante es el constructor de su conocimiento, pero resulta complicado llevarlo a la práctica. La escuela activa nos ha colocado en el extremo de la práctica pedagógica. Las clases se han convertido en exposiciones rutinarias de contenidos; el manejo de organizadores del conocimiento, deficientes en su utilidad; los productos en manualidades multicolores, sin mucha demanda cognitiva y la tecnología, en una pizarra de colores cuyo uso acapara el profesor.
Avanzar hacia una evaluación integral que permita la acreditación, es una tarea que debe iniciarse de manera inmediata. Moreno (2012), señala que:
Hay que transitar de una evaluación del aprendizaje a una evaluación para el aprendizaje buscando mantener un equilibrio, porque ambos tipos son importantes. Se trata de una evaluación formativa, centrada tanto en procesos como en productos, que considera la complejidad del aprendizaje; por tanto, prevé distintos contenidos y los valora empleando diversas técnicas e instrumentos: proyectos, resolución de problemas, estudio de casos, ensayos, reportes de investigación, presentaciones orales, portafolio de evidencias, rúbricas, exámenes, entre otros, así como diversas modalidades de evaluación: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación. En definitiva, será una evaluación continua, integral y humana, que reconoce y confía en la capacidad del alumno para aprender y, además, le comunica esta confianza en la interacción cotidiana.
El reconocimiento de una evaluación de esta magnitud, nos colocaría frente a un trabajo de otro orden institucional, es decir, un trabajo organizado entre diferentes asignaturas, con productos que engloben competencias integradas y un sistema de evaluación que valore los procesos y productos. Organizar un sistema de evaluación de esta magnitud significaría un trabajo de compromiso con la educación. Los procedimientos que engloben esta forma de evaluación no se han descubierto recientemente, sino que ya se han colocado en práctica desde hace muchos años, lo que sí resultaría interesante es cómo es que se pueden sistematizar en una unidad.
La propuesta educativa en marcha
Los Colegios de Alto Rendimiento son un modelo poco entendido por la sociedad, pero que debe tener una proyección de ampliación dentro del sistema educativo peruano. Señalaremos que los COARs, tiene una misión fundamental dentro de la sociedad, esta consiste en potenciar a los estudiantes con desempeño sobresaliente de los diferentes lugares del país, otorgando una educación de calidad, con estándares internacionales. Para el cumplimiento de estos objetivos el Estado peruano suscribe a los COARs a la red de colegios del mundo IB (International Baccalaureate). Los COARs desarrollan el Programa Diploma (PD) en los dos últimos años de estudio secundario (cuarto y quinto), utilizando una serie de estrategias, habilidades y actitudes, que se conocen como el término “enfoques de la enseñanza y el aprendizaje”, que direccionan el trabajo académico. Los enfoques del aprendizaje, conjuntamente con los enfoques de la enseñanza, son la esencia pedagógica del IB y de los COARs.
Los “enfoques del aprendizaje” desarrollan cinco habilidades fundamentales: a) las habilidades del pensamiento, que generan la iniciativa intelectual, guiando al estudiante a ser un pensador crítico y creativo, que aborde problemas complejos y tome decisiones razonadas y éticas; b) las habilidades sociales, que permiten al estudiante mantener relaciones sociales positivas, logrando una adaptación satisfactoria al colegio y al entorno social en general; c) las habilidades de comunicación, que motivan en el estudiante una comunicación oral o escrita de manera adecuada y compleja; d) las habilidades de autogestión, que posibilitan el uso eficiente del tiempo y el manejo de sus emociones y sentimientos; y e) las habilidades de investigación, que permiten gestionar y sistematizar la información.
Igualmente los maestros aplican los “enfoques de la enseñanza”, que están constituidos por seis principios pedagógicos dentro del Programa Diploma del IB: a) la enseñanza basada en la indagación, que potencia la curiosidad natural del estudiante, convirtiéndolo en un indagador autónomo de por vida; b) la enseñanza centrada en la comprensión conceptual, que permite el desarrollo de las estructuras conceptuales que logran la comprensión profunda y la transferencia de conocimientos, maximizando el aprendizaje mediante la conexión de los conocimientos nuevos y previos; c) la enseñanza basada en contextos locales y globales, que contextualiza el aprendizaje, relacionando la experiencia de los estudiantes con el mundo que los rodea; d) la enseñanza centrada en el trabajo en equipo y la colaboración eficaz, que fortalece las habilidades sociales de cooperativismo y negociación; e) la enseñanza diferenciada para satisfacer las necesidades de todos los estudiantes, que reconoce la individualidad y crea oportunidades de aprendizaje para cada uno de ellos; y finalmente f) la enseñanza guiada por la evaluación (formativa y sumativa), que centra su atención en los objetivos generales y específicos de cada curso, donde se valora el trabajo de los estudiantes en relación a los niveles de logros alcanzados. La evaluación del IB enfatiza en los procesos y los resultados de manera integral mediante un sistema estructurado e integrado.
Para muchos seguramente, no existen diferencias sustanciales con otros colegios del medio, sin embargo, el hecho de asumir este modelo y la puesta en práctica en las sesiones diarias de clase, marcan una diferencia sustancial. El modelo permite potenciar las habilidades de los maestros en el manejo de estrategias pedagógicas e investigativas. En los estudiantes desarrolla las habilidades necesarias que le permita convertirse en un agente activo de la sociedad.

Conclusión
Los argumentos esgrimidos, pueden dar una idea del avance logrado en la educación peruana, pero es necesario tener en cuenta que los resultados en educación se podrán observar a mediano y largo plazo. Debemos transitar de la escuela tradicional, memorística y bancaria, hacia una escuela moderna que promueva el desarrollo de competencias y sistematice una nueva forma de evaluación integrada en un sistema novedoso. Necesitamos optimizar los tiempos en procesos de alta demanda cognitiva, que desafíe a los estudiantes en un proceso interdisciplinario, haciendo eficiente el uso de los recursos educativos en manos de los estudiantes y maestros. La marcha para llegar a la modernidad es complicada, pero no imposible de realizar. La propuesta educativa de los COARs, ayuda a enrumbar a la educación peruana, señalando un norte claro y definido, mejorando las habilidades de los maestros y estudiantes. Los primeros, se convertirán en el motor del cambio pedagógico del magisterio peruano y los segundos se convertirán en agentes activos del cambio social.

Bibliografía

Bachillerato Internacional. (2009). El Programa del Diploma: de los principios a la práctica. Cardif, Wales GB: Anthony Rowe Ltd (Chippenham, Wiltshire).
Montero Pizarro, L. (s.f.). La Evaluación Tradicional vs La Evaluación Alternativa. Obtenido de UNED: http://lemontero.weebly.com/uploads/8/7/6/2/8762924/leomontero_ensayo.pdf
Moreno Olivera , T. (26 de mayo de 2012). La Evaluación de Competencias en Educación. Obtenido de http://www.sinectica.iteso.mx/index.php?cur=39&art=39_09
Ocampo López, J. (2008). Paulo Freire y la Pedagogía del Oprimido. Boyacá: Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.