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miércoles, 12 de octubre de 2016

RECONCEPTUALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

Por: Florentino Arpa Calachua
INTRODUCCIÓN
No se puede negar que la educación es un instrumento político utilizado por los gobiernos para lograr determinados objetivos. A lo largo de la historia de la humanidad la educación ha permitido moldear la mente de las personas de acuerdo a los intereses y necesidades del Estado, que han sido controlados por los grupos de poder o las clases dominantes, con el objetivo de resguardar el sistema que los beneficie.
La educación es un fenómeno social que se originó, inicialmente, para preservar el conocimiento obtenidos por las generaciones anteriores, en la actualidad aun se sigue con este mismo principio, con la única diferencia que no es en beneficio de todos, sino solo de una clase social.
La educación fuera de los claustros de la escuela, también denominada educación informal, es necesaria porque transmite el conocimiento para la subsistencia de la sociedad, para mantener inalterables los patrones culturales y las estructuras de poder impuestas por los que gobiernan en el Estado. Este tipo de educación es la que algunos consideran espontánea, libre, sin embargo nada escapa a los hilos conductores de los sectores dominantes, ya que controlan las instituciones de la sociedad como, la iglesia, los medios de comunicación, los partidos políticos, etc. La educación formal, aquella que se brinda en las escuelas, es tal vez el mecanismo de control y regulación más eficiente que han encontrado las clases dominantes, han estructurado contenidos, métodos, niveles, que gradúan el acceso al conocimiento de acuerdo a sus necesidades.
En el presente trabajo intentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cuál es el verdadero objetivo de la educación? ¿La educación debe ser utilizada como un instrumento de dominación social? ¿Es posible una reestructuración del sistema educativo en beneficio de las grandes mayorías? Las ideas aquí expresadas son una reflexión desde el interior mismo del sistema educativo, desde la visión de maestro de aula, que en muchas ocasiones hemos mantenido un silencio que nos hace cómplices de este sistema que regula y controla, en beneficio de algunos.

1.  EL MODELO EDUCATIVO DE LA MODERNIDAD
La historia de la educación ha señalado que en la comunidad primitiva, la educación era espontánea y libre. En el esclavismo la educación paso a ser parte del instrumento de dominación y control de la clase propietaria. En el feudalismo, con el arribo de la iglesia al poder, la educación se convirtió en un excelente instrumento de adoctrinamiento dogmático, mediante el cual se controlaba el conocimiento y el poder político.
En el capitalismo, el poder económico y político pasó de la nobleza y el clero a la burguesía, primero comercial y después industrial, con la llegada de esta nueva clase social, se planteó la modernidad que ha adoptado una de las variantes de la educación, aquella que tiene que ver con la vinculación de lo externo con el educando. Su origen se remonta al latín educare que significa criar, alimentar, construir, conducir, guiar, orientar, en este caso la educación se vincula directamente a un proceso desde lo exterior. Entendida de esta manera, la educación es guiada contralada desde un elemento externo, responsabilidad que asumió el Estado desde su aparición misma.
La modernidad ha olvidado que la educación también representa innovación, cambio, subversión, cuyo origen latín educere significa sacar a luz aquello que se encuentra encubierto, educir (educar) significa develar, actualizar las virtualidades humanas. Esta es la educación que se debe implementar, que no se encuentra exclusivamente en manos del Estado y que tampoco debe favorecer a una clase social, sino debe beneficiar al hombre de manera individual y colectiva en la búsqueda del buen vivir.
La educación moderna instauró la escuela como institución que podía recrear al sistema de acuerdo a los intereses de las minorías dominantes. Para Arend citada por Carmona (2007) (…) “la escuela se proyecta como el escenario apropiado para la reproducción de las pautas culturales de la sociedad capitalista. Esto significa que el proceso de dominación político-ideológico se traslada al espacio educativo como cultura escolar, predominando la idea de que la producción mercantil es el fundamento de la educación del hombre”. (p.6). No es un secreto que ésta ha sido la finalidad de la educación a lo largo de los años, la escuela se ha dedicado a fortalecer un sistema que explota a los grandes mayorías y nos impone modelos y patrones de vida sin cuestionamiento alguno.
Emilio Durkheim señala que la Educación, es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Tiene por objeto el suscitar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él tanto la sociedad política en su conjunto como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado.” (Durkheim, 1975: p. 52-54). En esta definición podemos observar plenamente la finalidad de la educación; es una acción ejercida del fuerte sobre el débil, del maduro sobre el inmaduro, del culto sobre el inculto, del moral sobre el inmoral, en síntesis, para el sociólogo positivista Durkheim, la educación es un acción cohersitiva de imposición social.
Conocida la relevancia de la educación en la construcción de la sociedad la teoría sociológica se apoderó de ella y la mantuvo siempre bajo su regazo sin la posibilidad de ascender al estatus de ciencia. Controlada la teoría en educación por la sociología y la práctica en control del Estado se contuvo una de las armas de liberación de la humanidad.

2.  LA EDUCACIÓN MÁS ALLÁ DE LA MODERNIDAD PRESENTISTA
Si queremos tener una idea de educación que vaya más allá de la modernidad europeizante, cuestionada por Dussel, y entenderla como un elemento de liberación al estilo de Freire, debemos empezar a deconstruir nuestros obsoletos esquemas sobre la educación.
La primera acción que debemos realizar es reconceptualizar la educación, ésta debe ser entendida como un fenómeno social que se realiza espontáneamente en la sociedad y no es exclusivamente responsabilidad del Estado y menos aun es útil para mantener el sistema establecido en beneficio de algunos. La educación es un fenómeno que no excluye a ningún miembro y/o Institución de la sociedad en su responsabilidad como agente de la educación, es decir, es una tarea conjunta y permanente. La educación no debe encerrarse en cuatro paredes o en claustros medievales donde se impone conocimiento; la educación se debe impartir en todo espacio de manera consciente y responsable. La educación no debe hacer distinciones entre los seres humanos señalando la existencia de razas y culturas inferiores, por el contrario debe ser una educación intercultural, que promueva la ciudadanía y la democracia, en toda la extensión de la palabra. La educación no debe servir para mantener un sistema que es imperfecto desde su concepción misma, la educación debe promover el cambio, la construcción de una sociedad cada vez mejor, que tenga presente a la naturaleza y las especies que en él habitan. La educación debe ser expresión creativa de la voluntad humana en la búsqueda del bienestar de la vida en general. En términos de Walsh (2008) se puede señalar que: “la pedagogía se entiende más allá del sistema educativo, de la enseñanza y transmisión de saber, y como proceso y práctica sociopolítico productivo y transformativo asentado en las realidades, subjetividades, historias y luchas de la gente, vividas en  un mundo regido por la estructuración colonial” (p.13). El desafío se encuentra en romper con el colonialismo y la colonialidad.
La educación no debe ser entendida como un instrumento de control y regulación, sino todo lo contrario, esta debe permitirnos cumplir aquellos ideales humanos. Es necesario para este fin seguir los lineamientos de Freire que nos muestra el camino para (…) “trazar rutas metodológicas y analíticas encaminadas hacia el reconocimiento de esta realidad/condición y hacia la concientización, politización, liberación y transformación humana” (Walsh: 2011 p.17). Si la educación fue y es utilizada para someter, regular y controlar, es posible también utilizarla para liberar y transformar la sociedad.
Existen mecanismos de reestructuración del sistema educativo con una perspectiva diferente a la que tenemos actualmente, la educación debe ser intercultural, ambiental, ciudadana y democrática. Intercultural debido a que debemos, no solo respetar la diversidad, sino interactuar en el aprendizaje de aquellos elementos carentes  en otras culturas, debemos abandonar la idea de la interculturalidad funcional y adoptar la interculturalidad crítica lo que significa que “(..) la educación intercultural en sí sólo tendrá significación, impacto y valor cuando esté asumida de manera crítica, como acto pedagógico-político que procura intervenir en la refundación de la sociedad, como decía Paulo Freire (…) y, por ende, en la refundación de sus estructuras que racializan, inferiorizan y deshumanizan” (Walsh, 2010: 4). Optar por la interculturalidad crítica reestructura los paradigmas tradicionales de la estructura social de injusticia y explotación. Esta apertura a lo mejor de otras culturas permitirá enriquecer a la educación como un fenómeno de múltiples posibilidades para la construcción de un mundo cada vez más humano.

CONCLUSIÓN
En síntesis, la nueva educación debe ser ambientalista, es decir, tener una profunda reflexión sobre el valor de la naturaleza, la humanidad debe abandonar aquella idea errada de exoneración y superioridad sobre la naturaleza. Idea de superioridad racional que nos ha llevado a la depredación, contaminación, sobre explotación y exterminio de las especies y la naturaleza. La educación debe tener un carácter ciudadano, en el sentido que debe ser asumida por las personas e instituciones sociales, no para su beneficio personal, sino en beneficio de la humanidad en general, esta debe ser responsable y consciente. La educación debe ser verdaderamente democrática, lo que implica que debe llegar a todas las personas, de manera permanente y no debe cerrarse solo en la educación básica, sino ampliarse en las diferentes instituciones de la sociedad, con la firme convicción de que el hombre nunca termina de educarse, un hombre que constantemente está en perfeccionamiento de sus actitudes y virtudes. Democrática además porque debe tener una amplitud en el respeto de las diversas propuestas de las culturas mundiales, respetar el conocimiento de los pueblos andinos y afros, por señalar solo algunos y no considerarlos como conocimientos vulgares (Bunge) y de ningún valor dentro de la epistemología.
Este debe ser el nuevo rol de la educación, así lo entiende el intelectual afro-martinico Franz Fanon (1968) quien realiza un llamado muy importante: la “pedagogía para construir una nueva humanidad cuestionadora” (Walsh, 2010: 21)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA

Carmona Granero , M. (2007). La educación y la crisis de la modernidad. Hacia una educación humanizadora. Obtenido de http://www.redalyc.org/pdf/1701/170118451008.pdf
Emilio, D. (1975 ). Educación y sociedad. Barcelona: Edición original de 1922.
Walsh, C. (2010). Construyendo Interculturalidad Crítica. Obtenido de Interculturalidad crítica y educación intercultural: http://www.uchile.cl/documentos/interculturalidad-critica-y-educacion-intercultural_110597_0_2405.pdf.
Walsh, C. (2011). Lo pedagógico y lo decolonial. Obtenido de http://tejiendovoces.org.mx/wp-content/uploads/2015/11/Introduccion-Lo-pedag%C3%B3gico-y-lo-decolonial-Walsh-1.pdf
Walsh, C. (s.f.). INTERCULTURALIDAD CRÍTICA Y PEDAGOGÍA DE-COLONIAL: APUESTAS (DES)DE EL IN-SURGIR, RE-EXISTIR Y RE-VIVIR. Obtenido de http://catherine-walsh.blogspot.pe/2014/01/interculturalidad-critica-y-pedagogia.html


jueves, 16 de junio de 2016

LA EDUCACIÓN COMO CIENCIA Y SUS PARADIGMAS


Por: Florentino Arpa Calachua

Introducción
Resulta imposible negar que la educación sea una acción social necesaria en la sociedad y más aún teniendo en cuenta que en los últimos tiempos se ha valorado como un elemento fundamental para salir de situaciones de subdesarrollo, por tanto la educación es y será una parte sustancial de la vida en sociedad. Para Capella (1998)La educación se desenvuelve temporalmente, responde a una secuencia, a una dinámica y, por lo tanto, tiene una historia. De la misma manera se puede afirmar que tiene temporalidad, lo que equivale a decir que está en correspondencia con la evolución y los cambios que se operan en las culturas en las distintas épocas y según determinados ámbitos físicos, políticos y geográficos” (Pág. 50). 
En el presente ensayo intentaremos responder a la pregunta de si la educación es una ciencia o puede ser considerada como tal, debido a las exigencias epistemológicas y las necesidades del presente siglo.

Durante muchos años este tema se ha manejado más por cuestiones políticas que por cuestiones científicas. Es necesario que los nuevos profesionales en educación reformulemos nuestra labor, no solo en la práctica educativa, sino en la investigación educativa y dejemos de depender de la psicología, la antropología y la sociología como ciencias aglutinantes en un híbrido denominado ciencias de la educación. Según Medina citado por Capella (1998) “En la medida que la educación pueda ser enfocada desde el fundamento de una ciencia, se liberará de influencias interesadas (políticas, sociológicas, económicas...) que tratarán de esclavizarla o ponerla a su servicio. La emancipación de la educación es paralela al reconocimiento de la legitimidad y madurez científica de los estudios que versen sobre ella” (pág. 37). La educación debe consolidarse como ciencia y para ello necesitamos clarificar nuestros elementos epistemológicos.

1.   LA EDUCACIÓN COMO CIENCIA
La afirmación de que la educación es una ciencia debe tener su explicación en su definición misma. La ciencia en términos generales es un conocimiento sistemático, racional y comprobable. Este conocimiento es el conjunto de teorías que se obtienen producto de un proceso de investigación, por lo tanto, debe estar constituida por leyes que se sustentan en teorías. Para la epistemología una ciencia debe contar con lo siguiente: a) un objeto de estudio definido; b) un sistema de conocimientos que gozan de un consenso universal; c) un conjunto de teorías, leyes, principios y axiomas, etc, todos ellos orgánicamente integrados; d) un conjunto de procedimientos metodológicos que le permiten construir conocimientos. En los párrafos siguientes intentaremos hacer una revisión del cumplimiento de la educación a las exigencias de la epistemología.

Respecto al primer punto, el campo de estudio, se puede señalar que para muchos autores la pedagogía es una ciencia y su objeto de estudio es la educación; de la educación como actividad se desprende el fenómeno educativo como un elemento de estudio. El fenómeno educativo es difuso, sin delimitación exacta y poco detallada. No podemos encontrar unificación en el entendimiento del objeto de estudio. El aprendizaje podría ser el objeto de estudio directo de la pedagogía, sin embargo, éste fue tomado por la psicología y en función de la misma consolidó su estatus como ciencia.

Del segundo punto podemos señalar que no existe en su totalidad un conocimiento consensuado, existe información contraria y difusa sobre temas educativos y gran confusión de terminologías, la educación debe desapasionarse políticamente para organizar y ordenar el conocimiento y avanzar hacia el segundo nivel, que es la construcción teórica. La carencia de un cuerpo teórico nos ha llevado a la denominación de ciencias de la educación bajo el argumento de la interdisciplinariedad. En este mundo de rápido avance científico todas las ciencias son interdisciplinarias y eso no los ha llevado a denominaciones de ciencias (biológicas, físicas, químicas, etc.), todo lo contrario, ello les ha permitido el enriquecimiento de su cuerpo teórico y el fortalecimiento de su identidad como ciencia.

El tercer punto nos lleva a interrogarnos si la educación tiene teorías que son sustentadas por leyes. La educación no ha podido señalar leyes de carácter universal y la pedagogía ha quedado simplemente disminuida a una acción técnica. Hasta donde se ha podido observar, las teorías utilizadas por la educación corresponden a la psicología, que nos lleva la delantera en investigación y en la constitución como una ciencia independiente.

Finalmente las metodologías empleadas por la educación son las mismas empleadas por las ciencias sociales que se sustentan en principios metodológicos de Comte. Poco o nada se ha avanzado en este tema, incluso las ciencias sociales en general son duramente cuestionadas en su cientificidad.

El camino que le queda a la educación es determinar: su objeto de investigación, elaborar sus conceptos correspondientes, establecer leyes fundamentales, desarrollar metodologías apropiadas de investigación y elaborar teorías que permitan explicar el hecho y/o fenómeno educativo.

2.   ORIGEN DE LOS PARADIGMAS EN  EDUCACIÓN
La educación como actividad social ha estado presente desde los orígenes de la humanidad, la preocupación por conocer este fenómeno se remonta a la raíz etimológica del vocablo educación. Educar proviene del latín educare que significa criar, alimentar, construir, conducir, guiar, orientar, en este caso la educación se vincula directamente a un proceso desde lo exterior. Ésta acepción se vincula directamente al paradigma conductista. Del latín educere también educación significa sacar a luz aquello que se encuentra encubierto, educir (educar) significa develar, actualizar las virtualidades humanas. Esta acepción de educación nos orienta a un paradigma de la educación entendida como una acción puramente interna que se vincula en la actualidad con el paradigma cognocitivista. Desde estas perspectivas se ha intentado explicar el fenómeno educativo. Fueron los psicólogos, los que marcaron la pauta en la investigación en el tema educativo, pero aun hoy estas propuestas están incompletas ya que el fenómeno educativo no solo puede entenderse por factores internos o externos, sino de la conjunción de los mismos y otras variables no mencionadas en estos estudios, haciendo de la educación un fenómeno complejo, hasta el punto de hacer inutilizable los paradigmas científicos tradicionales, en la búsqueda de explicaciones a fenómenos complejos. Nuevos paradigmas emergentes nos darán el soporte para poder investigar el fenómeno educativo en la dimensión que se merece.

A.  El paradigma conductista en educación
El conductismo estudia la influencia del factor externo en el aprendizaje o fenómeno educativo. Sus representantes más destacados son: Ivan Pavlov, John Watson, E. Thorndike, Edwar Tolman, Clark Hull, Edwin Guthrie, B. Skinner, William James. El conductismo como paradigma de investigación en psicología tiene repercusiones muy importantes, no solo en la psicología experimental, sino también en el campo educativo. La esencia y el hilo conductor de conductismo se pueden resumir en la siguiente expresion de Watson: “Dadme una docena de niños sanos y bien formados y mi mundo específico para criarlos, y yo me comprometo a tomar cualquiera de ellos al azar y entrenarlo para que llegue a ser cualquier tipo de especialista que quiera escoger: médico, abogado, artista, mercader y si, incluso mendigo y ladrón, sin tener para nada en cuenta sus talentos, capacidades, tendencias, habilidades, vocación o raza de sus antepasados” (Ardila, 2013, pág. 8). La influencia en el campo educativo fue determinante, hoy con algunas variaciones, se continúa señalando que el factor social tiene una fuerte influencia en la educación.

B.  El paradigma cognocitivista en educación
El cognoscitivismo estudia el factor interno en el aprendizaje o fenómeno educativo, sus representantes más destacados son: Jean Piaget, Claparede, Jerome Brunner, David Ausubel entre otros.
Las características del paradigma cognoscitivo se focalizan en el estudio de las representaciones mentales. Las investigaciones en este paradigma describen y explican la naturaleza de las representaciones mentales y determinar el papel que desempeñan en las acciones y conductas humanas.
Estas afirmaciones remecieron el campo educativo para reestructurarse nuevamente. “Piaget (1976) sostuvo que el desarrollo explica al aprendizaje. (…) Para Piaget (1973), el desarrollo mental es "un progresivo equilibrarse, un paso perpetuo de un estado menos equilibrado a un estado superior de equilibrio". La tendencia a este "equilibrio móvil, tanto más estable cuanto más móvil", hace que el desarrollo sea comparable con la construcción de "un sutil mecanismo cuyas fases graduales de ajustamiento tendrán por resultado una ligereza y una movilidad mayor de las piezas". Para Piaget, este proceso de construcción gradual guarda estrecha relación con el aprendizaje (Rodríguez Arocho, 1999, pág. 4). Este es el nuevo paradigma que tuvo y tiene repercusiones muy importantes en la educación actual.

3.   DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN COMO CIENCIA
Como reflexiones finales presentamos algunas sugerencias que pueden guiar el camino en la construcción de una ciencia que nos permita reorientar nuestras investigaciones en el campo educativo.

A.  El objeto de estudio de la educación
El primer desafío de la educación como ciencia es determinar su objeto de estudio, tal como lo hizo la psicología para lograr su identidad como ciencia. En los albores del siglo XX, “Watson afirmaba que para convertirse en una ciencia natural era preciso que la psicología abandonara el estudio de la conciencia y el método introspectivo. (…) Para que la psicología lograra un estatus verdaderamente científico, tenía que olvidarse del estudio de la conciencia y los procesos mentales (procesos inobservables) y, en consecuencia, nombrar a la conducta (los procesos observables) su objeto de estudio". (Ardila, 2013, pág. 8)
Entender el fenómeno educativo en su integridad y tomarlo como objeto de estudio es una tentativa nada despreciables, aquí algunas sugerencias para ello. Jorge Capella (1998) define al fenómeno educativo como el “conjunto de hechos y procesos que condicionan la eclosión y el desarrollo de las virtualidades de los seres humanos, tomados estos individual y colectivamente, es decir, formando parte de una comunidad” (Pág. 51)
Siguiendo a Capella podemos delimitar el fenómeno educativo de la siguiente manera:



Desarrollar modelos matemáticos que nos permitan entender el fenómeno educativo, debe ser parte de la tarea de la investigación educativa.
 
B.  La teoría de la educación
Si se pretende alcanzar el estatus de ciencia en educación en necesario teorizar, resulta pretencioso, pero Bunge aconseja que la teorización debe comenzar lo antes posible. Señala además que donde no hay teoría no hay ciencia. La teoría de la educación es "un sistema de hipótesis debidamente verificada, de leyes científicas y de principios de fundamentación y de organización que se refieren al conocimiento y transformación del fenómeno educativo, y que se proyectan a prevenciones y predicciones respecto de sus efectos". (Capella, 1998, pág.42)
La ciencia educativa debe preocuparse por teorizar sobre los siguientes principios:
a)La cultura es el insumo de la educación y ésta es el motor de cambio de la cultura.
b)Todas las sociedades desarrollan modelos educativos de acuerdo a sus necesidades e intereses.
c)La educación en un proceso constante e impartido por todos los agentes sociales de manera formal e informal.
d)Todas las personas sometidas a un proceso educativo intencional son susceptibles de cambio.
Este es uno de los más grandes desafíos de la educación, llegar a la teorización de estos principios para convertirlos en leyes que sustenten a la educación como ciencia.

C.  La tecnología educativa,
Según el enfoque Neopositivista “no puede concebirse a la Pedagogía como una ciencia teórica formal o empírica (de acuerdo a la clasificación de Bunge), porque no produce conocimiento científico, sino que los aplica en su determinado campo de acción: la práctica educativa y el proceso de enseñanza aprendizaje. (…) No podría considerarse tampoco como una ciencia empírica, porque sus enunciados deberían ser de carácter universal y establecer leyes y relaciones entre los hechos”. (Sánchez, 2007, págs. 43-44). Esta afirmación convierte a la pedagogía en tecnología educativa y por tanto dependiente de las ciencias que producen conocimiento científico, por tal razón se necesita a la ciencia educativa que pueda nutrir a la pedagogía. Este debe ser el rol que le compete a la pedagogía dentro de un estatuto que define las acciones de cada uno de sus componentes.

D.  La política educativa
La educación como fenómeno social es eminentemente práctica, por lo tanto, se necesita de lineamientos que señalen los fines y propósitos en la resolución de problemas sociales. “Desde esta vertiente de "saber práctico", la ciencia de la educación no se limita a describir lo que sea el fenómeno educativo, el cómo de la educación, sino que tiene un alcance normativo, de investigación de cómo debe realizarse la educación; del campo del ser se pasa a lo que debe ser el actuar educativo y cuáles las mejores normas de acción en orden a los fines a los que se halla destinado.” (Capella, 1998, pág. 41)
Estos lineamientos deben ser orientados por la política educativa, donde se establece la parte valorativa, producto de las decisiones de gobierno al determinar la intención de la educación para la mantención de un tipo de sociedad o la transformación de la misma.

Finalmente, podemos señalar que no se podrá avanzar si los profesionales en educación nos dedicamos solo a la práctica educativa, es necesario incursionar con mucha seguridad en la investigación educativa, lo que permitirá llenar los vacíos que hemos señalado. La construcción de la educación como ciencia es una tarea titánica, pero no imposible de realizar, solo depende de los maestros comprometidos con su tiempo y su sociedad.

 

Referencias

Ardila, R. (2013). Los orígenes del conductismo, Watson y el manifiesto conductista de 1913. Revista latinoamericana de Psicología, 316.
Bunge, M. (s.f.). Epistemología. Argentina: Ariel.
Capella Riera, J. (Abril de 1998). Blog 2 Epistemología y Educación . Recuperado el 14 de Junio de 2016, de http://jorgecapellariera.com/wp/wp-content/uploads/2013/02/Blog-2-Epistemolog%C3%ADa-y-Educaci%C3%B3n1.doc
Imbernón, F., Bartolome, L., Flecha, R., Sacristán, J., Giroux, H., Macedo , D., . . . Tortajada, I. (1999). La educación en el siglo XXI. Retos del futuro inmediato. Barcelona: Biblioteca de Aula.
Rodríguez Arocho, W. (1999). El legado de Vygotski y de Piaget a la educación. Revista Latinoamericana de educación, 477-489.

Sánchez Ramírez, C. M. (2007). Educación: una visión epistemológica y sociológica. Lima: San Marcos.