Por:
Florentino Arpa Calachua
Introducción
Resulta
imposible negar que la educación sea una acción social necesaria en la sociedad
y más aún teniendo en cuenta que en los últimos tiempos se ha valorado como un elemento
fundamental para salir de situaciones de subdesarrollo, por tanto la educación
es y será una parte sustancial de la vida en sociedad. Para Capella (1998)
“La
educación se desenvuelve temporalmente, responde a una secuencia, a una
dinámica y, por lo tanto, tiene una historia. De la misma manera se puede
afirmar que tiene temporalidad, lo que equivale a decir que está en
correspondencia con la evolución y los cambios que se operan en las culturas en
las distintas épocas y según determinados ámbitos físicos, políticos y
geográficos” (Pág. 50).
En
el presente ensayo intentaremos responder a la pregunta de si la educación es
una ciencia o puede ser considerada como tal, debido a las exigencias
epistemológicas y las necesidades del presente siglo.
Durante
muchos años este tema se ha manejado más por cuestiones políticas que por cuestiones
científicas. Es necesario que los nuevos profesionales en educación
reformulemos nuestra labor, no solo en la práctica educativa, sino en la
investigación educativa y dejemos de depender de la psicología, la antropología
y la sociología como ciencias aglutinantes en un híbrido denominado ciencias
de la educación. Según Medina
citado por Capella (1998) “En la medida
que la educación pueda ser enfocada desde el fundamento de una ciencia, se
liberará de influencias interesadas (políticas, sociológicas, económicas...)
que tratarán de esclavizarla o ponerla a su servicio. La emancipación de la
educación es paralela al reconocimiento de la legitimidad y madurez científica
de los estudios que versen sobre ella” (pág. 37). La
educación debe consolidarse como ciencia y para ello necesitamos clarificar
nuestros elementos epistemológicos.
1. LA EDUCACIÓN COMO CIENCIA
La afirmación de que la
educación es una ciencia debe tener su explicación en su definición misma. La
ciencia en términos generales es un conocimiento sistemático, racional y
comprobable. Este conocimiento es el conjunto de teorías que se obtienen
producto de un proceso de investigación, por lo tanto, debe estar constituida
por leyes que se sustentan en teorías. Para la epistemología una ciencia debe
contar con lo siguiente: a) un objeto de estudio definido; b) un sistema de
conocimientos que gozan de un consenso universal; c) un conjunto de teorías, leyes,
principios y axiomas, etc, todos ellos orgánicamente integrados; d) un conjunto
de procedimientos metodológicos que le permiten construir conocimientos. En los
párrafos siguientes intentaremos hacer una revisión del cumplimiento de la
educación a las exigencias de la epistemología.
Respecto al primer punto, el
campo de estudio, se puede señalar que para muchos autores la pedagogía es una
ciencia y su objeto de estudio es la educación; de la educación como actividad
se desprende el fenómeno educativo como un elemento de estudio. El fenómeno
educativo es difuso, sin delimitación exacta y poco detallada. No podemos
encontrar unificación en el entendimiento del objeto de estudio. El aprendizaje
podría ser el objeto de estudio directo de la pedagogía, sin embargo, éste fue
tomado por la psicología y en función de la misma consolidó su estatus como
ciencia.
Del segundo punto podemos
señalar que no existe en su totalidad un conocimiento consensuado, existe
información contraria y difusa sobre temas educativos y gran confusión de
terminologías, la educación debe desapasionarse políticamente para organizar y
ordenar el conocimiento y avanzar hacia el segundo nivel, que es la
construcción teórica. La carencia de un cuerpo teórico nos ha llevado a la
denominación de ciencias de la educación bajo el argumento de la
interdisciplinariedad. En este mundo de rápido avance científico todas las
ciencias son interdisciplinarias y eso no los ha llevado a denominaciones de
ciencias (biológicas, físicas, químicas, etc.), todo lo contrario, ello les ha
permitido el enriquecimiento de su cuerpo teórico y el fortalecimiento de su
identidad como ciencia.
El tercer punto nos lleva a
interrogarnos si la educación tiene teorías que son sustentadas por leyes. La
educación no ha podido señalar leyes de carácter universal y la pedagogía ha
quedado simplemente disminuida a una acción técnica. Hasta donde se ha podido
observar, las teorías utilizadas por la educación corresponden a la psicología,
que nos lleva la delantera en investigación y en la constitución como una ciencia
independiente.
Finalmente las metodologías
empleadas por la educación son las mismas empleadas por las ciencias sociales
que se sustentan en principios metodológicos de Comte. Poco o nada se ha
avanzado en este tema, incluso las ciencias sociales en general son duramente
cuestionadas en su cientificidad.
El camino que le queda a la
educación es determinar: su objeto de investigación, elaborar sus conceptos
correspondientes, establecer leyes fundamentales, desarrollar metodologías apropiadas
de investigación y elaborar teorías que permitan explicar el hecho y/o fenómeno
educativo.
2. ORIGEN
DE LOS PARADIGMAS EN EDUCACIÓN
La educación como actividad
social ha estado presente desde los orígenes de la humanidad, la preocupación
por conocer este fenómeno se remonta a la raíz etimológica del vocablo
educación. Educar proviene del latín educare que significa criar,
alimentar, construir, conducir, guiar, orientar, en este caso la educación se
vincula directamente a un proceso desde lo exterior. Ésta acepción se vincula
directamente al paradigma conductista. Del latín educere también educación
significa sacar a luz aquello que se encuentra encubierto, educir (educar)
significa develar, actualizar las virtualidades humanas. Esta acepción de educación
nos orienta a un paradigma de la educación entendida como una acción puramente
interna que se vincula en la actualidad con el paradigma cognocitivista. Desde
estas perspectivas se ha intentado explicar el fenómeno educativo. Fueron los
psicólogos, los que marcaron la pauta en la investigación en el tema educativo,
pero aun hoy estas propuestas están incompletas ya que el fenómeno educativo no
solo puede entenderse por factores internos o externos, sino de la conjunción
de los mismos y otras variables no mencionadas en estos estudios, haciendo de
la educación un fenómeno complejo, hasta el punto de hacer inutilizable los
paradigmas científicos tradicionales, en la búsqueda de explicaciones a
fenómenos complejos. Nuevos paradigmas emergentes nos darán el soporte para
poder investigar el fenómeno educativo en la dimensión que se merece.
A. El
paradigma conductista en educación
El conductismo estudia la
influencia del factor externo en el aprendizaje o fenómeno educativo. Sus
representantes más destacados son: Ivan Pavlov, John Watson, E. Thorndike, Edwar
Tolman, Clark Hull, Edwin Guthrie, B. Skinner, William James. El conductismo como paradigma de
investigación en psicología tiene repercusiones muy importantes, no solo en la
psicología experimental, sino también en el campo educativo. La esencia y el
hilo conductor de conductismo se pueden resumir en la siguiente expresion de Watson: “Dadme una docena de niños
sanos y bien formados y mi mundo específico para criarlos, y yo me comprometo a
tomar cualquiera de ellos al azar y entrenarlo para que llegue a ser cualquier
tipo de especialista que quiera escoger: médico, abogado, artista, mercader y
si, incluso mendigo y ladrón, sin tener para nada en cuenta sus talentos,
capacidades, tendencias, habilidades, vocación o raza de sus antepasados” (Ardila, 2013, pág. 8).
La influencia en el campo educativo fue determinante, hoy con algunas
variaciones, se continúa señalando que el factor social tiene una fuerte
influencia en la educación.
B. El
paradigma cognocitivista en educación
El cognoscitivismo estudia el
factor interno en el aprendizaje o fenómeno educativo, sus representantes más
destacados son: Jean Piaget, Claparede, Jerome Brunner, David Ausubel entre
otros.
Las
características del paradigma cognoscitivo se focalizan en el estudio de las
representaciones mentales. Las investigaciones en este paradigma describen y
explican la naturaleza de las representaciones mentales y determinar el papel
que desempeñan en las acciones y conductas humanas.
Estas
afirmaciones remecieron el campo educativo para reestructurarse nuevamente. “Piaget (1976) sostuvo que el desarrollo
explica al aprendizaje. (…) Para Piaget (1973), el desarrollo mental es
"un progresivo equilibrarse, un paso perpetuo de un estado menos
equilibrado a un estado superior de equilibrio". La tendencia a este
"equilibrio móvil, tanto más estable cuanto más móvil", hace que el
desarrollo sea comparable con la construcción de "un sutil mecanismo cuyas
fases graduales de ajustamiento tendrán por resultado una ligereza y una movilidad
mayor de las piezas". Para Piaget, este proceso de construcción gradual
guarda estrecha relación con el aprendizaje” (Rodríguez
Arocho, 1999, pág. 4). Este es el nuevo paradigma que tuvo y tiene
repercusiones muy importantes en la educación actual.
3. DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN COMO CIENCIA
Como
reflexiones finales presentamos algunas sugerencias que pueden guiar el camino en la construcción de una ciencia que nos permita reorientar nuestras
investigaciones en el campo educativo.
A. El objeto de estudio de la educación
El
primer desafío de la educación como ciencia es determinar su objeto de estudio,
tal como lo hizo la psicología para lograr su identidad como ciencia. En los
albores del siglo XX, “Watson afirmaba que para convertirse en una ciencia natural era preciso que la psicología
abandonara el estudio de la conciencia y el método introspectivo. (…) Para que
la psicología lograra un estatus verdaderamente científico, tenía que olvidarse
del estudio de la conciencia y los procesos mentales (procesos inobservables)
y, en consecuencia, nombrar a la conducta (los procesos observables) su objeto
de estudio". (Ardila, 2013, pág. 8)
Entender
el fenómeno educativo en su integridad y tomarlo como objeto de estudio es una
tentativa nada despreciables, aquí algunas sugerencias para ello. Jorge Capella (1998) define al fenómeno educativo como el “conjunto de hechos y procesos que
condicionan la eclosión y el desarrollo de las virtualidades de los seres
humanos, tomados estos individual y colectivamente, es decir, formando parte de
una comunidad” (Pág. 51)
Siguiendo
a Capella podemos delimitar el fenómeno educativo de la siguiente manera:
Desarrollar modelos matemáticos
que nos permitan entender el fenómeno educativo, debe ser parte de la tarea de
la investigación educativa.
B. La
teoría de la educación
Si se
pretende alcanzar el estatus de ciencia en educación en necesario teorizar,
resulta pretencioso, pero Bunge aconseja que la teorización debe comenzar lo
antes posible. Señala además que donde no hay teoría no hay ciencia. La teoría
de la educación es "un sistema de
hipótesis debidamente verificada, de leyes científicas y de principios de
fundamentación y de organización que se refieren al conocimiento y transformación
del fenómeno educativo, y que se proyectan a prevenciones y predicciones
respecto de sus efectos". (Capella, 1998, pág.42)
La ciencia educativa debe
preocuparse por teorizar sobre los siguientes principios:
a)La cultura es el insumo de la
educación y ésta es el motor de cambio de la cultura.
b)Todas las sociedades desarrollan
modelos educativos de acuerdo a sus necesidades e intereses.
c)La educación en un proceso
constante e impartido por todos los agentes sociales de manera formal e
informal.
d)Todas las personas sometidas a
un proceso educativo intencional son susceptibles de cambio.
Este es uno de los más grandes
desafíos de la educación, llegar a la teorización de estos principios para
convertirlos en leyes que sustenten a la educación como ciencia.
C. La
tecnología educativa,
Según el enfoque Neopositivista “no puede concebirse a la Pedagogía como una
ciencia teórica formal o empírica (de acuerdo a la clasificación de Bunge),
porque no produce conocimiento científico, sino que los aplica en su
determinado campo de acción: la práctica educativa y el proceso de enseñanza
aprendizaje. (…) No podría considerarse tampoco como una ciencia empírica,
porque sus enunciados deberían ser de carácter universal y establecer leyes y
relaciones entre los hechos”. (Sánchez, 2007, págs. 43-44).
Esta afirmación convierte a la pedagogía en tecnología educativa y por tanto
dependiente de las ciencias que producen conocimiento científico, por tal razón
se necesita a la ciencia educativa que pueda nutrir a la pedagogía. Este debe ser
el rol que le compete a la pedagogía dentro de un estatuto que define las
acciones de cada uno de sus componentes.
D. La
política educativa
La
educación como fenómeno social es eminentemente práctica, por lo tanto, se
necesita de lineamientos que señalen los fines y propósitos en la resolución de
problemas sociales. “Desde esta vertiente
de "saber práctico", la ciencia de la educación no se limita a
describir lo que sea el fenómeno educativo, el cómo de la educación, sino que
tiene un alcance normativo, de investigación de cómo debe realizarse la
educación; del campo del ser se pasa a lo que debe ser el actuar educativo y
cuáles las mejores normas de acción en orden a los fines a los que se halla
destinado.” (Capella, 1998, pág. 41)
Estos lineamientos deben ser
orientados por la política educativa, donde se establece la parte valorativa,
producto de las decisiones de gobierno al determinar la intención de la
educación para la mantención de un tipo de sociedad o la transformación de la
misma.
Finalmente, podemos señalar que
no se podrá avanzar si los profesionales en educación nos dedicamos solo a la
práctica educativa, es necesario incursionar con mucha seguridad en la
investigación educativa, lo que permitirá llenar los vacíos que hemos señalado.
La construcción de la educación como ciencia es una tarea titánica, pero no
imposible de realizar, solo depende de los maestros comprometidos con su tiempo
y su sociedad.
Referencias
Ardila, R.
(2013). Los orígenes del conductismo, Watson y el manifiesto conductista de
1913. Revista latinoamericana de Psicología, 316.
Bunge, M.
(s.f.). Epistemología. Argentina: Ariel.
Capella Riera,
J. (Abril de 1998). Blog 2 Epistemología y Educación . Recuperado el 14
de Junio de 2016, de http://jorgecapellariera.com/wp/wp-content/uploads/2013/02/Blog-2-Epistemolog%C3%ADa-y-Educaci%C3%B3n1.doc
Imbernón, F.,
Bartolome, L., Flecha, R., Sacristán, J., Giroux, H., Macedo , D., . . .
Tortajada, I. (1999). La educación en el siglo XXI. Retos del futuro
inmediato. Barcelona: Biblioteca de Aula.
Rodríguez
Arocho, W. (1999). El legado de Vygotski y de Piaget a la educación. Revista
Latinoamericana de educación, 477-489.
Sánchez
Ramírez, C. M. (2007). Educación: una visión epistemológica y sociológica.
Lima: San Marcos.
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